Hace mĆ”s de diez aƱos, Alfred van den Heuvel, actor, y su esposa, Debbie de Jong, se enamoraron de un B&B en CataluƱa. Al poco tiempo, el consumado urbanita descubrió otro nuevo amor: dar largos paseos por entornos naturales desconocidos. āAquĆ puedes deambular sin lĆmites. Sin verjas, sin letreros, sin nada.ā
A posteriori resulta extraƱo pero, en realidad, cuando nos mudamos a EspaƱa no sabĆamos mucho sobre el paĆs. Mejor dicho: nada. TenĆamos ciertos clichĆ©s en nuestra mente, y eso era todo. Pero quĆ© diferentes han resultado las cosas. Realmente diferentes. Ni mejor, ni peor.
Al cabo de un tiempo, empezamos a comprender un poco la estructura de nuestro entorno y pudimos comenzar a descubrir pueblos un poco mĆ”s alejados. Y cada vez sentĆa mĆ”s curiosidad por un par de senderos que partĆan de nuestra casa y serpenteaban entre los campos. Yo no era lo que se dice un caminante, sĆ, en la cinta de correr del gimnasio, pero estos senderos me atraĆan, y atraĆan, sobre todo, a mĆ fantasĆa.
Al final, una maƱana fui a mirar, y a partir de ese momento experimentĆ© de nuevo, de forma compacta, la evolución de niƱo pequeƱo a adulto. Con tanto miedo a perderme o a no poder encontrar el camino de vuelta como Hansel sin Gretel, empecĆ© con un trozo pequeƱo. Tras un enorme periodo de tiempo (que luego resultó ser una hora) regresĆ© sin aliento, pensando que habĆa caminado medio maratón, pero en realidad solo habĆan sido tres kilómetros.
Estaba totalmente centrifugado, habĆa serpenteado entre bosques y valles, y me habĆa encontrado con vistas que hacĆan sospechar la existencia de una muralla de montaƱas a lo lejos. Eran los Pirineos, pero yo todavĆa no era consciente de ello. La siguiente maƱana querĆa ir otra vez inmediatamente, pero las agujetas me hicieron volver a caer impotente en la cama.
Me atrevĆ a dar paseos cada vez mĆ”s largos, es decir, fue como llegar a la pubertad, y poco a poco lleguĆ© a la conclusión de que estĆ”bamos en una zona incomparable. Si no me habĆa dado cuenta antes es porque aquĆ el campo tiene una especie de belleza descuidada que no llama en absoluto la atención en un primer momento. Tampoco lo pone en ningĆŗn folleto. Pero se parece condenadamente a la Toscana. Pero cuando paseas por la Toscana, ya lo sabes, ya te has ilusionado con ello y piensas: Ā”guau! Pero esto, lo cierto es que no lo encuentras descrito en ninguna parte.
Mientras tanto me he convertido en un experto conocedor del terreno y ya no me da absolutamente ningĆŗn miedo perderme, incluso lo deseo.
Dit artikel is eerder verschenen in ESPANJE! (nummer 1, jaargang 2017) en de informatie kan achterhaald zijn. Auteur: Alfred van den Heuvel
Dit is een bewerkte versie van een Nederlands artikel dat eerder in ESPANJE! verscheen.Ā De originele versie lees je hier.