Paraíso para el senderismo

Picos de Europa

Prados en una amplia paleta de verdes, donde pastan las vacas con, como telón de fondo, el perfil oscuro de seis cumbres. Angostos desfiladeros de formas irregulares, por los que apenas penetra la luz del sol y desprovistos de toda vegetación. Picos de Europa: un paraíso para el senderismo. Aunque no es necesario tener experiencia, en el parque natural más antiguo de España sobre todo los caminantes con gemelos bien fuertes se sentirán en el séptimo cielo.

Hasta hace poco, Picos de Europa era un destino popular sobre todo entre los españoles, pero recientemente también los holandeses han puesto los ojos en ellos. En julio y agosto el mercado del pueblo de montaña Potes es más concurrido por holandeses que españoles. Por suerte todavía quedan lugares tranquilos donde puedes caminar durante horas sin cruzarte con un alma.

Las rutas más bellas

Hasta comienzos de este siglo solo se podía acceder al pueblo de Bulnes a pie o a lomos de un burro. Pero en 2001 se inauguró el Funicular de Bulnes, que desde Puente de Poncebos en siete minutos te deja en el pueblo de montaña de Bulnes. Bulnes constituye el punto de partida de magníficas rutas de montaña alrededor de la cima del Naranjo de Bulnes (2500 metros), una de las más altas de Picos. La ruta empieza con un fuerte ascenso, pero nuestros esfuerzos se ven directamente recompensados con unas impresionantes vistas del Naranjo y otras cumbres. Nos reciben los mosquitos, que amenazan con acribillarnos.Queremos seguir, pero no hay manera. De todos modos no habríamos podido alcanzar la cima. Según las guías, se tarda seis horas en llegar y el sendero no está exento de peligros. Es decir, desaconsejable para músculos poco ejercitados.

Travesera de Picos de Europa

La salida del funicular en Poncebos marca el punto de partida de una de las excursiones más bonitas por Picos, la Ruta del Cares, una fantástica caminata a lo largo del río Cares. Atraviesas Picos por una senda tallada en la roca desde el norte de Asturias hasta Caín, situado en la provincia de León. Exceptuando los dos primeros kilómetros, el recorrido es llano, por lo cual también es apto para los caminantes con menos experiencia. Además, imposible perderte, porque vas siguiendo el curso del río. Entretanto atraviesas todo el macizo. No olvides traerte una linterna para alumbrar los numerosos túneles y buen calzado, pues el terreno puede ser resbaladizo. Muchos españoles se limitan a hacer parte del recorrido, empezando en Caín. Nosotros seguimos su ejemplo.

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